El suelo radiante no puede provocar varices porque sencillamente para que se diese el caso de perjuicio a la salud se deberían alcanzar temperaturas muy elevadas en la superficie del pavimento.

La normativa de instalaciones térmicas PROHIBE superar los 29ºC de temperatura en la superficie del pavimento en instalaciones de suelo radiante.

En condiciones normales de funcionamiento esta temperatura oscila entre los 23ºC y los 25ºC, que es un valor muy inferior a la temperatura del cuerpo humano.

En verano, un suelo convencional sin calefacción radiante puede superar fácilmente los 29ºC por el efecto de calentamiento de la luz solar sobre la superficie.

Además, ¿Quién se puede imaginar que si realmente fuese perjudicial no estuviese terminantemente prohibido?.

Hoy en día en casi todas las guarderías se instala suelo radiante porque precisamente es más sano que el resto de sistemas....sobran más comentarios.

El suelo radiante se puede instalar con cualquier acabado final del pavimento si se respetan las indicaciones de instalación del fabricante. Si se emplea madera o tarima, ésta ha de ser especial para su uso con este tipo de calefacción pues de lo contrario se pueden producir deformaciones o fisuras en la madera por causa de la dilatación. 

Las maderas especiales para suelo radiante disponen de un coeficiente de aislamiento más bajo (la madera es un elemento aislante) que las convencionales.

Como se indica en la pregunta anterior, la temperatura superficial del pavimento en una instalación de suelo radiante es muy baja (23-25ºC) y no corremos riegos de quemaduras ni otros perjuicios para la salud.

Si el sistema se ha instalado según los criterios del fabricante, una instalación de este tipo supera con facilidad los 50 años de vida útil. Algún fabricante ofrece garantías de hasta 25 años por su sistema. Lo que puede suceder es que la avería se provoque por accidente o descuido (perforaciones en el suelo, sobre todo).

Se pueden reparar fácilmente pues existen uniones especiales para solventar este problema con total fiabilidad. Simplemente es necesario levantar una superficie de suelo muy pequeña para poder realizar la reparación.

En términos generales, el suelo radiante es el sistema más completo y adecuado para instalaciones de calefacción, aunque dependiendo del tipo de uso en algunos casos puede no ser el sistema más apropiado. Se debería estudiar siempre cada caso en particular para poder escoger la opción más adecuada.

Se puede realizar sin ningún tipo de problema una regulación independiente de temperaturas en todas las estancias que queramos. De hecho, por normativa se han de diferenciar diferentes zonas en una misma vivienda.

El suelo radiante también se puede emplear como sistema de refrescamiento en combinación con bombas de calor si se tienen en cuenta determinadas particularidades técnicas en la instalación para evitar la formación de condensación en la superficie del pavimento.

Como este hecho limita la potencia frigorífica entregada, en climas cálidos o edificaciones con grandes necesidades de refrigeración, es necesario suplementar con otros sistemas de climatización para cubrir el 100% de la demanda.

Se pueden producir condensaciones o humedades en la superficie si no se controla correctamente la temperatura de impulsión hacia los circuitos de suelo radiante. Si el agua se envía muy fría se amplía el riesgo de condensación en la superficie del pavimento y por eso se deben establecer regulaciones y diseños específicos para corregir este posible fenómeno.

En condiciones normales, se ha de disponer de una altura libre de entre 8,5-9cm  adicionales con respecto a un suelo sin calefacción radiante (este espesor incluye plancha aislante, tubo y capa de mortero necesaria), aunque existen sistemas para reducir este espesor hasta unos 4,5cm.

Se puede instalar si las alturas libres disponibles en la estructura son suficientes, aunque como es evidente, se ha de plantear una obra de reforma para su ejecución. También existen sistemas radiantes en “seco” que ya incorporan acabado final pero suelen ser más costosos.

Es indudable que el suelo radiante encarece la instalación de la emisión térmica en una vivienda o edificio con respecto a uno de radiadores, pero la reducción de gasto que proporciona este sistema de emisión frente a otros es considerable independientemente del sistema de caldeo empleado, aunque en instalaciones con bombas de calor puede fácilmente darse el caso de que el sistema tradicional finalmente sea más costoso de inversión inicial.

En la mayoría de los casos la diferencia se compensa ampliamente con la reducción del gasto energético.

El suelo radiante es un sistema de muy bajo consumo y muy confortable, pero tiene el inconveniente de ser un sistema de emisión “lento” y en casos donde la carga térmica es muy variable a lo largo de un tiempo (tanto en horas como en días) puede ser más aconsejable el uso de un sistema de emisión más rápido y que se adapte mejor a este tipo de demanda.

Por este motivo es muy importante que se asesore por medio de profesionales que le puedan recomendar un sistema u otro para su caso concreto.

Sí, pero sólo en los casos de disponer de temperaturas de impulsión del circuito de calefacción superiores a 55ºC y haber calculado correctamente la potencia térmica del toallero en función de las necesidades del cuarto de baño.

Los toalleros, como dice la palabra se emplean principalmente para colgar las toallas y acelerar el secado de las mismas después del baño o ducha, aunque en muchas ocasiones se emplean como elemento radiador en los baños.

En casi todos los casos en los que dispongamos de un generador de calor con energías renovables, el toallero no sería suficiente para calentar el cuarto de baño por las bajas temperaturas de impulsión que emplean estes sistemas en los circuitos de calefacción.

Un “split” es un elemento emisor de calor y frío que está conectado a una red de refrigerante y a una bomba de calor y dispone en su interior de una batería de tubos de cobre con aletas de aluminio, uno o varios ventiladores, filtro y dependiendo del modelo, una carcasa envolvente.

Estos aparatos son muy variados (splits de suelo, techo, cassette, conductos, pared, de empotrar) y comúnmente la gente los conoce como “aire acondicionado” y aunque un alto porcentaje de personas considera que estos equipos sólo valen para enfriar, lo cierto es que también pueden funcionar en régimen de calefacción y con una velocidad de calentamiento insuperable.

La principal ventaja de los splits es que son el sistema de emisión más rápido,  perfecto para cargas o necesidades variables.

Además, al emplear un sistema de intercambio directo, el split mejora el rendimiento de emisión con respecto a los fancoils.

Los split no suelen ser muy ruidosos e incluso hoy en día, si optamos por fabricantes de calidad contrastada, nos encontramos con modelos que regulan automáticamente la velocidad de ventilación y reducen drásticamente la emisión sonora del aparato.

El fancoil es un elemento emisor de calor y frío con la misma constitución que un “split” pero con la diferencia de que el fancoil se conecta a un circuito de agua y no de refrigerante.

Al igual que los “split”, los fancoils de una calidad contrastada no son elementos ruidosos, aunque los controles de velocidad no sean tan avanzados como en los split.

Si. En el mercado actual existen radiadores de diseño que permiten al usuario un amplísimo abanico de posibilidades para integrar estos elementos en la decoración de su vivienda o local.

También disponemos de los termoconvectores, que cumplen la misma función que un radiador y cuyo catálogo de modelos y formas es incluso superior al de los radiadores.

El termoconvector es un elemento emisor de calor (no apto para frío) que se compone de una batería de tubos con aletas (generalmente tubos de cobre y aletas de aluminio) que intercambia el calor de un circuito cerrado de agua caliente hacia el ambiente a calentar.

También dispone de una carcasa envolvente que mejora la estética del mismo. Existen numerosos diseños y posibilidades de instalación y suelen entregar mayor potencia térmica que los radiadores convencionales en un volumen más reducido.

En algún caso están equipados con ventiladores que aumentan la velocidad de calentamiento cuando las condiciones lo requieren.

Aunque algunos termoconvectores del mercado están equipados con ventilador, en la mayor parte de los casos la principal diferencia es que el termoconvector emite el calor por “convección natural” (sin ventilador) con lo cual no existe corriente de aire perceptible por el usuario.

En el fancoil esa corriente de aire es necesaria para emitir calor. Otra diferencia es que el termoconvector no se puede emplear como emisor de frío y el fancoil si.

NO. Los radiadores y termoconvectores no pueden realizar esta función porque si en el circuito hacemos circular agua fría, la superficie metálica de estos produciría condensaciones muy probablemente.

Depende del caso. Los sistemas de generación de calor con renovables suelen emplear bajas temperaturas (menos de 50ºC) en el circuito de radiadores.

Si la instalación se dimensiona para funcionar a estas condiciones no existiría ningún inconveniente, aunque probablemente los cálculos nos obligarían instalar radiadores de un tamaño considerable.

En instalaciones existentes de radiadores se ha de estudiar muy detenidamente cada caso y verificar la compatibilidad con el sistema alternativo que queremos instalar (geotermia, aerotermia y solar térmica sobre todo).

SI. Se pueden combinar diferentes sistemas de emisión en una misma instalación, pero se ha de tener muy en cuenta en el diseño de la instalación la compatibilidad de temperaturas entre ambos y el empleo de refrigeración, pues en muchos casos habría que establecer mecanismos de control especiales.

La vida útil de un sistema de captación geotérmico no debería ser inferior a los 50 años. Este hecho se debe a la amplia durabilidad de los materiales empleados en este tipo de instalaciones.

Si el sistema de tuberías que componen la captación geotérmica se instalan correctamente y se emplean materiales de calidad, no se deberían producir fugas bajo ningún concepto en las zonas que discurren bajo tierra.

En instalaciones de captación geotérmica vertical, ésta no nos condicionará nada para poder hacer uso con normalidad del terreno.

En las instalaciones con captación horizontal, condiciona la plantación de árboles de raíces profundas o las excavaciones a niveles de bastante profundidad.

SI, aunque se han de tener muy en cuenta los tipos de terreno y tipo de captación para poder hacer un cálculo certero de dicho sistema.

SI, aunque no es muy común. Si no se dispone de espacio en el exterior del perímetro donde se va a realizar la construcción, se puede plantear una instalación geotérmica vertical cerrada.

En condiciones normales, la captación vertical cerrada es más segura y fiable por varios motivos: La condicionalidad del terreno en las captaciones horizontales y la mayor estabilidad de temperaturas del sistema vertical cerrado, además de que el sistema horizontal está orientado sólo para su uso en instalaciones de pequeñas viviendas unifamiliares.

NO, Siempre y cuando se guarden las distancias de seguridad mínimas necesarias entre los pozos de captación y la construcción afectada.

Dependiendo del tipo de terreno y de la potencia exacta de la BCG, para una vivienda de no más de 200 m2 se precisarían entre 1 y 2 pozos.

La superficie mínima necesaria se puede calcular de forma aproximada simplemente con multiplicar por 2 la superficie útil de la vivienda o edificio.

En condiciones normales, las captaciones con pozos en circuito vertical cerrado oscilan entre una profundidad de 60 metros hasta un máximo de 150 metros, aunque se podrían dar casos especiales en los que la profundidad fuese mayor.

El circuito de captación de aguas freáticas es el que ofrece mejores rendimientos (extraemos directamente el agua del terreno eliminando el intercambio de las sondas de captación, por lo que el agua entraría en la BCG a mayor temperatura) aunque por la complejidad de los trámites administrativos a realizar y la necesidad de disponer siempre de un mínimo caudal de agua, se suele descartar en favor de la captación vertical cerrada o la horizontal.

Depende del caso. No se puede realizar un cambio o sustitución sin antes verificar cuidadosamente la compatibilidad de temperaturas del sistema de emisión, sobre todo si se trata de radiadores (en los casos de suelo radiante se puede realizar el cambio sin problemas).

Existen muchos casos en los que aunque pudiésemos realizar la sustitución, si el sistema de emisión demanda una elevada temperatura a la BCG, ésta nos ofrecería un rendimiento energético muy bajo o insuficiente para notar en la factura una bajada apreciable del gasto con respecto al sistema anterior.

No existe límite de potencia para una instalación geotérmica, aunque en grandes instalaciones se suelen emplear sistemas híbridos en combinación con geotermia (gas, gasóleo, propano, etc.) para disminuir la inversión y hacerla lo más rentable posible.

Sí, y además es muy común el emplear en las instalaciones varios generadores térmicos que se interconectan entre sí buscando, mediante sistemas de control, el mejor rendimiento y prestaciones posible. Solargal es una empresa pionera en el uso de sistemas híbridos que combinan geotermia con otros sistemas.

Sí. La normativa actual que nos obliga a la instalación de paneles solares térmicos en las nuevas construcciones para cubrir un porcentaje de la demanda de ACS también nos permite la sustitución por otras fuentes de energía renovables.

La geotermia es una fuente de energía renovable y por lo tanto se podría plantear como alternativa a dichos paneles.

Aunque en algunos casos se combine la geotermia con otros sistemas (híbridos), lo cierto es que se trata de instalaciones totalmente autónomas.

Las instalaciones geotérmicas son mucho más seguras y fiables que cualquier instalación convencional de gas o gasóleo, sobre todo por no producir ningún tipo de combustión y no son necesarias medidas especiales de seguridad en las instalaciones, al contrario que en estas últimas.

El refrigerante empleado por las bombas de calor geotérmicas que instala Solargal (R-410A) es un gas ecológico (no daña la capa de ozono) y no es ni tóxico ni inflamable.

El fluido anticongelante que emplea Solargal en los sistemas de captación geotérmicos (horizontal y vertical cerrado) es totalmente biodegradable y no tóxico, por lo que no entraña ningún problema ni para el medio ambiente ni para la salud.

Las bombas de calor geotérmicas que emplea Solargal en sus instalaciones son extremadamente silenciosas, hasta tal punto que en algún caso se instalan en el interior de la zona habitable de las viviendas.

Si, tanto por medio de una refrigeración pasiva (sin encendido del compresor) como a través de un sistema de refrigeración activa (empleando la potencia del compresor para generar frío).

La refrigeración pasiva es aquella que aprovecha la temperatura fresca del terreno en verano para reducir la temperatura del edificio sin necesidad de encender el compresor de la bomba de calor.

En el argot técnico se denomina “freecooling”.

Los períodos de amortización oscilan entre los 3 años de las instalaciones industriales y viviendas de nueva construcción hasta los aproximadamente 10 años para algunos casos de sustitución de sistemas.

Depende del caso. Para realizar el cambio completo es necesario realizar unas pruebas de funcionamiento. En todo caso también se puede combinar con una energía convencional, formando un sistema híbrido.

Aunque en algunos casos se combine la aerotermia con otros sistemas (híbridos), lo cierto es que se trata de instalaciones totalmente autónomas.

El refrigerante empleado por las bombas de calor aerotérmicas que instala Solargal (R-410A) es un gas ecológico (no daña la capa de ozono) y no es ni tóxico ni inflamable.

Si, si el sistema de distribución es compatible. Si éste no existiese previamente, habría que instalarlo. También se pueden plantear sistemas “multisplit” con bombas de calor en estos casos.

Si disponemos del sistema de emisión apropiado para enfriar (fancoils o suelo radiante), si podemos hacerlo aunque no podemos realizar refrigeración pasiva como en el caso de la geotermia.

Si, siempre y cuando el sistema de emisión funcione en el mismo rango de temperaturas que la bomba de calor.

No. Los equipos empleados por Solargal son extremadamente silenciosos e incluso disponen de rangos de funcionamiento programables para reducir el nivel sonoro a determinadas horas del día.

En algún caso sí, aunque parcialmente. Esto es debido a que las unidades exteriores “captan” la energía del aire exterior y éste tiene que circular libremente por la batería de dicha unidad. Se pueden dar casos de Unidades exteriores tapadas pero con amplias rejillas de entrada y salida de aire.

Si, de hecho hay modelos de bombas de calor aerotérmicas especiales para piscinas. En este tipo de instalaciones es muy importante disponer de equipos de primer nivel pues una mala elección puede disparar los consumos de energía y provocar numerosas averías.

No si el sistema se implementa correctamente junto con el sistema de emisión. Además se pueden realizar controles del tipo “discriminadores de corriente” para poder desconectar automáticamente éstos u otros aparatos cuando nos excedamos de la potencia contratada. Además, si existe suelo radiante, dispondremos de un elemento muy útil para alternar el funcionamiento cuando exista menos demanda en los otros servicios de la instalación eléctrica.

Si. Siempre y cuando dispongamos de suelo radiante como sistema de emisión.

No. Una instalación solar térmica bien dimensionada no debería ofrecer nunca el 100% de cobertura en ambos servicios.

Unos porcentajes más justificados podrían ser máximos de un 90-100% para el ACS y de un 30-50% para calefacción.

Dependerá mucho del caso, aunque si se dan los condicionantes adecuados, para una vivienda de una superficie útil de entre 150 a 200 m2 con unos 6-8 captadores sería más que suficiente.

En este caso obtendríamos casi el 100% de cobertura para el ACS y entre un 15-35% de la cobertura en calefacción (con instalación de suelo radiante).

Para una vivienda de hasta 3 usuarios, 1 panel; para una vivienda de entre 3-5 usuarios, 2 paneles; para una vivienda de entre 5-7 usuarios, 3 paneles; para una vivienda de entre 7-9 usuarios, 4 paneles.

Estos serían cálculos para consumos normales ó moderados de ACS, pero si entran en juego servicios de ACS para consumos de bañeras, hidromasajes u otros sistemas que demanden ACS, se deberían hacer cálculos más precisos.

Aunque existen sistemas de energía solar térmica que pueden alcanzar temperaturas superiores a los 100ºC, en condiciones normales las temperaturas máximas de calentamiento de ACS en los acumuladores no superan los 80ºC por propias indicaciones de seguridad de los fabricantes de estos depósitos.

Al igual que las bombas de calor, los sistemas de energía solar térmica ofrecen sus mejores rendimientos cuanto más baja es la temperatura de uso del sistema de calefacción. Por lo tanto los sistemas más convenientes serían el suelo radiante, pared y techo radiante y radiadores de baja temperatura o fancoils.

Si. Existen diferentes tipos de instalaciones con energía solar térmica para este servicio dependiendo de si la piscina se va a calentar todo el año (piscinas cubiertas) o si sólo se quiere elevar la temperatura unos grados en los meses de verano (piscinas descubiertas).

Para usos convencionales existen principalmente tres tipos: Los captadores de placa plana, que son los más extendidos y que se emplean para la producción de ACS, calefacción de baja temperatura y climatización de piscinas.

Los captadores de caucho para piscina se emplean exclusivamente para calentar el agua de las piscinas en meses de primavera-verano.

Los captadores de tubos de vacío, que se suelen emplear para los mismos servicios que los de placa plana pero con diferentes rangos de temperaturas y otras posibilidades de integración arquitectónica.

Las instalaciones solares que se han calculado e instalado correctamente (estos dos aspectos son fundamentales para esta afirmación) requieren menores costes de mantenimiento que una instalación convencional.

Para el caso más común que es la producción de ACS, en días soleados podemos llegar a elevar la temperatura de un depósito a un valor de unos 40ºC en un tiempo aproximado de tres a cuatro horas, aunque se puede reducir ese tiempo en función del día y de la temperatura inicial del ACS en el depósito de acumulación solar.

Si. Existen diferentes maneras de integrar los paneles solares en un edificio o vivienda sin que destaquen visualmente.

Si, salvo casos muy excepcionales. Existen numerosas variantes de instalación para la ubicación de los captadores solares, con diferentes tipos de integración arquitectónica que mejoran la estética final de los captadores o los ocultan totalmente en algunos casos.

No. Los captadores que hay actualmente en el mercado pueden aprovechar la energía solar difusa (días de nubes cerradas) y generar hasta una cuarta parte de la potencia de un día despejado.